Entre el gimnasio y el entrenador personal.

Resulta mucho más divertido y personalizado que un gimnasio y los planes de entrenamiento, horario y lugar se adaptan perfectamente a lo que tú quieras.

Hay varios motivos para querer hacer deporte una vez pasada la etapa escolar y universitaria, cuando ya no se tiene tanta actividad física ni tiempo libre.
Los principales son adelgazar para lucir tipo o mejorar la salud, conservar la juventud que se va perdiendo con los años, estar en forma para jugar al fútbol con los amigos o los hijos, hacer alguna carrera dominguera o intentar llegar al mejor nivel físico posible porque es lo que siempre has querido.
Lo más habitual para los dos primeros motivos es ir al gimnasio, donde habrá varias máquinas de ejercicio, cada una para un grupo muscular específico, y un monitor que el primer día te enseñará cómo usarlas pero en una semana pasará de ti y a partir de eso te verás haciendo un circuito interminable de ejercicios extremadamente aburridos, dejándolo por falta de progresión y perdiendo la forma alcanzada, o teniendo que pagar además de la cuota del gimnasio, otra más para tener un monitor personal que te haga un plan de entrenamiento y te guíe para lograr tu objetivo si no quieres estar después de un año como el primer día.

Estas incomodidades y la pérdida de tiempo y sobre todo la económica, es posible ahorrársela contratando un entrenador personal, quien tras una breve entrevista en la que valorará tu estado de forma, unas pruebas físicas y unas preguntas sobre tus motivos para hacer deporte, te pondrá planes progresivos para que tu mejora física sea continua, y podrás desde eliminar esos kilos a tonificar o lograr el mejor tiempo de tu vida en la carrera anual del barrio.
El entrenador personal te costará menos que una cuota de gimnasio cada mes o poco más según tus preferencias; te acompañará a entrenar, te dirá cómo hacer eficázmente cada ejercicio, te enseñará a estirar, cómo alimentarte de forma natural y correcta para hacer deporte o adelgazar y mejorar increiblemente, sin agujetas ni lesiones, con planes personalizados, hechos a medida de tu tiempo, lugar de residencia y de lo que tu cuerpo te pide y asimila en cada etapa de entrenamiento. Y todo a un precio ridículo para los beneficios que vas a obtener comparado con los servicios dados por un gimnasio si es que los tienen.
Por eso, el entrenador personal se convierte en el mejor aliado para lograr tu éxito deportivo y/o vencer a la báscula.

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