Elige bien tus zapatillas

La cantidad de pisadas en una carrera a pie es demasiado grande como para no dar la importancia necesaria a nuestro calzado. La clave está en los componentes de la suela para que tu pie no se resienta golpe tras golpe.

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La suela debe estar formada por tres componentes plásticos de diferente dureza que se ven claramente al observarla detenidamente. El primero que está en contacto con la tela o piel de la zapatilla es el cambrillón hecha de EVA (etileno acetato de vinilo) que es amortiguante, debe ser blando pero firme y de aspecto no compacto.
El segundo es la suela en si, la parte que está en contacto con el suelo, puede ser más o menos resistente a la abrasión, lo que quiere decir que se desgastará mas o menos rápido, tiene también un dibujo que nos dará una idea de su agarre al terreno y de como evacua el agua cuando llueve, que nos dirá si con el suelo mojada será más fácil resbalar o no. También es donde hay que fijarse en un calzado usado cómo es su desgaste, porque ese será nuestro tipo de pisada: pronador, supinador o normal, esta última es la más frecuente, en los otros casos hay zapatillas especiales o accesorios que se colocan por debajo de la plantilla interior a modo de alza con un muy buen resultado.
El tercer material es el montante central y es el que marca la diferencia en la calidad y sobre todo en el precio, ya a partir de 65 €, es una pieza de plástico rígido que va inserta entre la suela y el cambrillón, que sirve para que la amortiguación de la zapatilla sea más duradera y mantenga en buen estado la planta del pie en cada pisada.
Todo junto quedaría de esta manera, la parte verde es el cambrillón, la roja, azul y negra la suela y la que se ve en el medio azul en forma de cruz es el montante central.
Otras características a tener en cuenta son comprar un número mayor al usado normalmente en calzado, debe quedar un dedo de espacio vacío entre la punta de la zapatilla y el dedo gordo, que sea cómoda, calzarla y tener la sensación guante, algo que pocas marcas logran, viene bien que tenga algún elemento reflectante, debe ser ligera hecha de tela para evaporar mejor el sudor. Esto le proporciona más durabilidad en la parte que se une a la suela que la piel, que suele acabar secándose y agrietándose si no se cuida bien.
Los cordones deben atarse firmemente y no ser muy largos como para que te entre el otro pie, y digo esto porque puede pasar aunque parezca increible, pero tampoco muy cortos como para que se desaten con facilidad.
El color casi es lo de menos si consigues que todo lo anterior sea adecuado sin gastarte más de 90 €, por eso lo mejor es comprar en una tienda especializada en la venta de zapatillas para el deporte que vayamos a practicar. La durabilidad como todo depende de su uso, generalmente se mide en kilómetros realizados, normalmente hasta 7.000 o cada 5 o 6 meses si corres más de 100 km a la semana. En mi caso hago unos 80 kms. semanales, que son unos 4.160 anuales y cambio cada año de zapatillas, también depende del presupuesto de cada uno, pero invertir en un buen material, igual que ocurre con la ropa, es una garantía de durabilidad y calidad.