Todo el cuerpo en juego con el deporte


Los ejercicios de desarrollo general forman parte de las rutinas de entrenamiento en todo tipo de deportistas por muy especializados que sean

El mayor volumen muscular en el ejercicio de la carrera continua está en la parte inferior del cuerpo, desde los glúteos hasta los pies, todos los músculos de las extremidades inferiores participan para poder desplazarnos corriendo por un espacio determinado, para eso sufren una hipertrofia que los aclimata a este ejercicio y se crea la capilarización necesaria para que todas las nuevas células tengan nutrientes de los que alimentarse. El sistema circulatorio crece en irrigación en forma de miles de capilares intramusculares que cumplen las funciones tan importantes de transporte de oxígeno, moléculas alimenticias como azúcares y estructurales como las proteínas a las células y la recogida de los productos de desecho como el CO2, amoniaco y los resultados de la oxidación o fermentación de los azúcares, según el ejercicio haya sido aeróbico o anaeróbico respectivamente.
Pero estos cambios se dan también en todos los demás músculos del cuerpo porque para que el aparato locomotor se encuentre en equilibrio deben hacerse múltiples ejercicios de desarrollo general, porque aunque no lo parezca, el maratoniano que no supera los 60 kilos también hace pesas porque todo su cuerpo está activo durante la carrera.

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Veamos, cuando las piernas se mueven, el movimiento de brazos equilibra el cuerpo para que se mantenga recto, igualmente este vaivén de brazos provoca un movimiento similar en el tronco, abdominales oblicuos. Sin embargo, estos brazos no solo se mueven hacia delante y hacia atrás con el ritmo de las piernas sino que están flexionados, ya entran en juego los antebrazos, los bíceps y los triceps, además los brazos se mueven a partir de los hombros y la espalda, por lo que deltoides, pectorales y espalda entran en juego y por último la cabeza, que se sujeta desde el cuello y debe mantener un equilibrio y una fuerza para no moverse continuamente, aquí ya está el trapecio y el esternocleidomastoideo.
En consecuencia tenemos a todos los músculos en tensión en el momento de echar una carrera, por supuesto ninguno como los de las piernas hacen más ejercicio, pero este deporte puede durar desde los 10 segundos de un velocista a las poco más de dos horas de un maratoniano, más de dos horas con los brazos flexionados y en vaivén y con el cuello en tensión para no dejar ir a la cabeza con el ritmo y no marearnos, tiempo suficiente que junto a la pérdida de sales y líquidos puede provocar serios calambres en la parte alta de la espalda o en los antebrazos que harán más incómodos aún esos últimos kilómetros o peor todavía pueden dar al traste con una excelente preparación de piernas y cardiovascular al no haberse entrenado suficientemente el resto del cuerpo.
Por esto los movimientos generales de calentamiento en articulaciones de todo el cuerpo y los ejercicios de desarrollo general suaves como las flexiones y las abdominales son tan necesarios como ese entrenamiento fraccionado o la tirada larga de kilómetros del fin de semana. 

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