Los suplementos dietéticos

Los complementos a la dieta por si solos no agrandan el músculo ni dan fuerza o resistencia, hay que acompañarlos de un entrenamiento adecuado para que sean efectivos

           Los suplementos a la alimentación en el deportista es el principal tema tabú de este sector. Lo primero que hay que saber es que todos son elementos que ya existen en nuestro organismo y que los adquirimos con la alimentación normal pero que por culpa de un entrenamiento exigente debemos reponerlos al detalle porque comer la cantidad necesaria para obtenerlos mediante los alimentos sería aumentar su cantidad diaria de manera peligrosa para nuestra digestión. A menudo oír hablar de alguien que tome alguno de los muchos que hay ya es involucrarlo en la sospecha del dopaje y realmente es algo tan absurdo como pensar que una nutrición de herbolario correctamente administrada puede ser causante de efectos adversos para la salud.
          Antes de tomar cualquier suplemento dietético hay que saber si realmente es necesario y qué es específicamente, a todo el mundo no le conviene cualquier cosa, debemos tener presente que estos productos son concentrados que van a hacer que nuestro hígado y riñones tengan más trabajo y por ello es necesario beber más agua para ayudar en su procesado. También es imprescindible tomar lo apropiado al deporte que se haga y a su intensidad, no es lo mismo correr una hora a 140 pulsaciones que hacerlo a 170 ni correr 7 días a la semana que 3.
         En realidad no es el suplemento el que hace al deportista sino que este según la intensidad de su entrenamiento deberá tomar una u otra cosa y más o menos cantidad, y todo esto debe regularse según sus sensaciones y el resto de su alimentación para evitar excederse y que ciertas moléculas se acumulen en su cuerpo ocasionando enfermedades. Por otra parte antes de empezar a tomar nada hay que realizar un análisis sanguíneo riguroso para ver efectivamente cuales son nuestras carencias y posteriormente tras subsanarlas otro para conocer cómo estamos asimilando a nivel fisiológico lo que tomamos. Resulta bastante fácil que sin darnos cuenta nos encontremos con más de diez pastillas diarias, con el daño a la salud y al bolsillo que eso conlleva, y sin realizar un entrenamiento que justifique reponer semejante gasto.
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Los complementos más usados y su razón son los siguientes:
- Los complejos multivitamínicos: son los que comprenden el 100 % o más de la Cantidad Diaria Recomendada de vitaminas y minerales. Yo recomendaría siempre tomar una pastilla de un multivitamínico de farmacia aunque no se haga deporte porque nos va a ayudar a afrontar mejor el día y estar más activos no porque contenga cafeína sino porque nuestro cuerpo tendrá la forma de comunicar bien a sus células y los recursos energéticos se distribuirán mejor. A partir de ese porcentaje habría que ver cual es nuestro gasto para aumentar ciertas vitaminas con cuidado entre las hidrosolubles: A, C y del grupo B cuyo exceso se elimina por la orina y las liposolubles: E, K, D, cuyo exceso se acumula en el tejido graso y puede llegar a ocasionar problemas.
- Los aminoácidos ramificados: ayudan a la recuperación muscular y sólo son necesarios en caso de realizar ejercicios intensos cada día, sino es así una buena alimentación, las vitaminas y el descanso bastan para mejorar la calidad muscular. Su deficiencia ocasiona un cansancio muscular prematuro por no haber reparado el músculo suficientemente.
- Hidratos de carbono: tomarlos a parte de la pasta que se debe comer después de realizar deporte para recuperar el glucógeno gastado sólo es necesario cuando se repiten varias veces por semana entrenamientos de más de 90 minutos continuados y se nota una falta de fuerza progresiva en el último cuarto de hora.. Su exceso se transforma en grasa, es decir, podemos engordar por pasarnos en su cantidad.
- Hierro: cuando se entrena intensamente 6 o 7 días por semana, de manera variada o incluso se dobla entrenamiento, la destrucción de glóbulos rojos es grande y debe ayudarse al hígado a fabricar más. Estas células transportan el oxígeno en nuestra sangre para que nuestros músculos respiren y puedan cumplir con su ciclo de alimentación y desarrollo del trabajo que se les pide. Conviene tomarlo cuando el nivel de ferritina en sangre es especialmente bajo, por lo tanto previamente a un análisis sanguíneo.
- Proteínas: son las protagonistas en los gimnasios de todo el mundo, pero realmente ¿quién hace tanto ejercicio como para necesitar su suplementación?. La dieta habitual debe si hay un ejercicio intenso proveernos de 1, 5 gramos de proteína por kilo de peso corporal, en general esto se cumple de sobra, además el incremento artificial de estas moléculas dificultan enormemente el trabajo del hígado al que ya le estamos exigiendo un trabajo fuerte con la intensidad del entrenamiento y complementos más necesarios como las vitaminas y los aminoácidos.
- Creatina: la proteína gurú a la que se le atribuyen efectos de musculación milagrosos solo es efectiva en el ejercicio explosivo como en el fútbol, la velocidad o el levantamiento de pesas. Su función es mantener unos depósitos de ATP (molécula energética) elevados. Quien hace ejercicio de forma regular tiene niveles altos dentro de lo normal, además para entrenamientos de resistencia es inútil y vuelve a sobrecargar el hígado.
La cantidad a consumir será la que indique el fabricante según peso e intensidad del ejercicio y la que estime el entrenador personal. Es importantísimo el asesoramiento profesional para su uso, especialmente si nuestra vida deportiva se alarga durante varios años.

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