No hay mejor forma de celebrar la amistad que un encuentro deportivo, estas fechas mejoran más el marco ideal de convivencia.
Siempre hay carreras entrañables, con pocos participantes o con una organización en apariencia al paso y familiar que se disputan en barrios aprovechando su tranquilidad. Hace ya bastante tiempo, no recuerdo pero hacia 2001 o 2002, se inició el primer año de una carrera de Nochebuena en la localidad vizcaína de Portugalete. Se desarrollaba en un circuito de unas pocas manzanas a las que se daban cuatro vueltas, a pesar de estar inscrita en el calendario de la federación vizcaína de atletismo creo que no se superaron las 100 personas y eso le daba un aire de tranquilidad, a parte de hacerse el sábado previo a la Nochebuena a horas nocturnas de la tarde.
Siempre hay carreras entrañables, con pocos participantes o con una organización en apariencia al paso y familiar que se disputan en barrios aprovechando su tranquilidad. Hace ya bastante tiempo, no recuerdo pero hacia 2001 o 2002, se inició el primer año de una carrera de Nochebuena en la localidad vizcaína de Portugalete. Se desarrollaba en un circuito de unas pocas manzanas a las que se daban cuatro vueltas, a pesar de estar inscrita en el calendario de la federación vizcaína de atletismo creo que no se superaron las 100 personas y eso le daba un aire de tranquilidad, a parte de hacerse el sábado previo a la Nochebuena a horas nocturnas de la tarde.
Como es propio de aquella
geografía de la costa vasca, el circuito tenía sus dos grandes rectas, una
subida y una bajada, lo mejor y más entretenido que puedas encontrarte, donde
sufrir, descansar y aguantar el ritmo como un campeón. No hubo grandes figuras
locales ese día pero seguro que quien ganó corría bien. Un año más tarde se trasladó a
la mañana del mismo sábado, cambió su circuito por uno más céntrico y llano y
para mí pasó a ser una más.
Carreras bonitas por sus
sensaciones como esta las hay a patadas en toda España, muchas se celebran
durante las festividades de los pueblos en verano y otras en la primavera.
Recuerdo un año cuando se hizo el cross de Begoña en creo, su única edición,
bonita donde las haya, carrera en callejuelas con altos y bajos que conformaban
un verdadero cross de asfalto de unos 5 kilómetros. Durante los
tres años que pasé en Madrid participé dos veces en la carrera del 15 de agosto
de Colmenar de Oreja, una bonita localidad del sur con todas sus casas de 2
alturas, más bajas que el campanario y rodeadas de olivares en toda su llanura,
el primer año creo que quedé cuarto, me pareció que a quien le dieron el tercer
premio me pasó en la última vuelta, y el otro año ya no lo sé, su entorno y los 32 grados centígrados
que caían a las 8 de la tarde en esa época la hacían indudablemente especial.
Muchas otras pueden añadirse a la
lista, la carrera de San José en Villasana de Mena (Burgos)
, la nocturna de Trujillo (PERÚ)... creo que todos tenemos varias carreras populares entrañables, que nos dejan un bonito recuerdo por uno o varios motivos, cortas e inolvidables que aumentan nuestro bagaje deportivo, pero sobre todo humano y a menudo viajero.
, la nocturna de Trujillo (PERÚ)... creo que todos tenemos varias carreras populares entrañables, que nos dejan un bonito recuerdo por uno o varios motivos, cortas e inolvidables que aumentan nuestro bagaje deportivo, pero sobre todo humano y a menudo viajero.
Me gustaría que compartieras en los comentarios un
retazo de tu carrera popular favorita o aquella a la que no faltas cada año ni
con fiebre.
Un saludo y felices fiestas de Navidad a todos, corredores o no (de momento).
Turismo y deporte, una gran combinación
ResponderEliminarLas localidades y barrios guardan un entreñable recuerdo cuando se ha conocido gente en ellos por medio de tan saludable afición.
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